Un buen amigo y compañero de nuestra Asociación ha publicado en su muro de Facebook un póstumo homenaje a nuestro querido y recién fallecido Juan Gual Fournier, en el que dice, entre otras cosas, lo siguiente: “Encontrar a un personaje literario no es nada sencillo. A veces puedes estar al lado de una persona durante una vida entera y, sin embargo, a la hora de enfrentarte al folio en blanco, no ser capaz de encontrar ni una sola palabra que refleje una singularidad suya, si es que la tiene. Sin embargo, de vez en cuando (muy de vez en cuando), te topas con alguien que, en solo media hora, consigue dejarte clavado en el asiento, por no decir que, en tan escasos momentos, te regala todas las ideas para una novela entera”. (Puede leerse el post completo es el siguiente vínculo: https://www.facebook.com/galtiermarti/posts/4649254261775514).
Y tengo que decir que tiene toda la razón, pues yo conocí a Juan Gual en el año 1983, cuando era Teniente Coronel Jefe del Batallón Gravelinas y yo era un joven Capitán destinado en la Agrupación Mixta de Ingenieros de la Brigada de Alta Montaña con sede en Huesca, viéndole por primera vez cuando fui a su despacho, previo a la ejecución de un ejercicio de dicha Brigada en los valles del Alto Aragón, con el propósito de concretar las condiciones en que una de las Secciones de Zapadores de mi Cia participaría en el mismo adaptada a su Batallón, durante una de sus fases, y como agregada, en el resto del ejercicio. Situaciones que solían crear problemas en el ejercicio del Mando cuando se recibía el apoyo de una Unidad de Ingenieros por parte de una Unidad de Infantería. Tras aquella primera conversación me quedó muy claro que el Tcol. Juan Gual conocía perfectamente las misiones que podría ordenar a mi Sección en cualquiera de las fases del ejercicio planeado y que, posiblemente, debería dejar muy claro a mi Jefe de Sección cuales eran los límites en que debería desarrollarse los cometidos que pudieran serle asignados por el Jefe del Batallón.
De su vida como militar, posiblemente habrá otras muchas personas, algunas de ellas miembros de la Asociación, que podrían hablar de Juan Gual con mayor fundamento y conocimiento que yo, por lo que solo diré que, desde aquél lejano 1998 en que lo conocí por primera vez, su ejemplo de profesionalidad, su entrega a la profesión, su amor a la responsabilidad y su disponibilidad para asumir responsabilidades, me recordaban siempre el artículo VII del Decálogo del Cadete que aprendimos en nuestro particular Solar Zaragozano -la A.G.M.- y que decía así: “Ser voluntario para todo sacrificio, solicitando y deseando siempre el ser empleado en las ocasiones de mayor riesgo y fatiga”.
Tengo que reconocer, que al igual que a mi amigo Ricardo, su personalidad también me impresionó, pero lamentablemente tuvieron que pasar 30 años para volver a coincidir con él, esta vez en Jaca y como miembros ambos de nuestra Asociación, a la que pertenecía desde julio de 1998 y en la que ha desempeñado importantes cargos: Presidente de la Sección Delegada de Jaca/Sabiñánigo -desde su creación en Octubre de 2005 hasta Febrero de 2010-, Vocal de la Junta Directiva Nacional -desde Octubre de 2005 hasta Noviembre de 2009-, Presidente de la Junta Directiva Nacional -desde Noviembre de 2009 hasta Noviembre de 2013- y Vicepresidente de la Junta Directiva Nacional –desde Noviembre de 2013 hasta noviembre de 2015-.
Posiblemente, el primero de dichos cargos sea el que más satisfacciones le proporcionó, incluso antes de ocuparlo, pues fue su iniciativa personal la que permitió crear la Sección Delegada de Jaca/Sabiñánigo, dado que forjado durante muchos años en el amor a la montaña, en la escuela que para él fue el desaparecido Batallón Gravelinas con sede en Sabiñánigo, veía con extrañeza que habiendo ya numerosos socios residentes en las dos plazas del Pirineo Oscense con mayor tradición militar en Unidades de Montaña -Jaca y Sabiñánigo- no tuvieran una Sección Delegada propia que respondiera adecuadamente a dicha tradición y liderara las actividades que reflejaran adecuadamente su condición de plazas militares por excelencia de Unidades de Montaña, así como de las comarcas de las que son cabecera. Y gracias a su tradicional empeño en alcanzar los objetivos que se marcaba y, también, a la ascendencia que su persona había despertado en muchos de sus antiguos Mandos y Tropa, que habían servido a sus órdenes en el citado Batallón Gravelinas, lo que facilitó sobremanera la captación de nuevos socios, permitió que la Sección de Jaca/Sabiñánigo fuese una realidad desde Octubre de 2005.
Como ya he indicado, volví a coincidir con Juan Gual en 2013 cuando, siendo Director del Consorcio de la Ciudadela de Jaca, me hice socio de la Asociación, lo que me permitió mantener interesantes conversaciones con él en las tradicionales reuniones que la Sección mantiene en sus instalaciones de la Ciudadela, casi todos los viernes del año, de las que Juan era un asistente casi fijo.
Tengo que decir que mantenía una vitalidad mental muy alta y que manifestaba una profunda preocupación por los aconteceres diarios que durante estos últimos años han afectado a nuestra sociedad, pero siempre desde el prisma de su profundo amor a España, no renunciando en ningún momento a los compromisos que en su día adquirió y prometió cumplir al besar la Enseña Nacional, el día de su Jura de Bandera, siendo cadete de la A.G.M.
En nuestras conversaciones, que giraban tanto sobre temas militares, como sobre otros muy diferentes, tales como religión, costumbres, política, democracia, etc., siempre me admiró su convicción en los argumentos con los que defendía sus ideas, sin que ello supusiera cerrazón alguna para aceptar las mías, cuando se las razonaba con argumentos tan válidos como los suyos, aunque en algún tema particular no llegamos nunca a un acuerdo o punto de encuentro intermedio, lo cual hacía aún más interesantes dichas conversaciones, que siempre se desarrollaron en un ambiente de cordialidad, amistad y respeto mutuo como pocas veces he tenido en mi experiencia personal.
Me resulta muy difícil hacerme a la idea de que ya no habrá más conversaciones entre nosotros y más difícil todavía tener que decirle ADIOS, pero en estos momentos en que resulta muy complicado buscar las palabras correctas y adecuadas que expresen fielmente los sentimientos que le embargan a uno cuando pierde a un amigo para siempre, he recibido el auxilio de un verso obra de una amiga de un compañero de la Asociación, titulado:
A UN AMIGO QUE SE FUE
Oye el viento en su lamento
porque nos trae su cantar
mira al cielo que en su brillo
un rostro conocido parece dibujar
saborea el agua, que en su pureza
un dia mas nos hará continuar.
Escucha el silencio en las alturas
pues, es la voz de su presencia
la oración de un amigo, que no cesa de vibrar
alma joven ahora eterna
cuyo cuerpo limitado, no servia ya
para cubrir las ansias del hombre
y hacerle alcanzar
esas cumbres tan altas y bellas
de la eterna libertad.
Vuela ahora entre nosotros
y haznos recordar
esos alegres momentos
vividos al caminar
que así, en el proximo destino
de esta senda de vida sin final
podamos reconocer tu voz y llamarte
para no separarnos mas.
Descansa en Paz querido amigo Juan y espera a este hoy menos joven Capitán, aunque tengan que ser 30 años otra vez.
