Esta mañana, tratando de cumplir el programa de actividades de la Sección, tras una convocatoria más o menos restringida por aquello de la pandemia, hemos salido seis miembros de la Sección al recorrido de la Ermita de San Miguel de Atarés.
Con los automóviles nos hemos trasladado a la localidad y una vez dejados nos hemos encaminado al lugar final. Para sorpresa de un servidor solo hemos demorado 50 minutos. El camino esta completamente arreglado y el caminar ha sido un placer, rápido y descansado.
LA ermita de San Miguel, se dice, es la parroquia del despoblado de Jarne, abandonado en el siglo XVI por la peste negra. Recóndita y apartada, está situada en el siguiente valle, alsur, del valle de Atarés
Llegados al lugar hemos procedido a almorzar como se tiene por costumbre. Lo mejor ha sido la tertulia tumbados al sol un buen rato, porque el día estaba echado.
Desandado el camino y tras pasar por la fuente de Atarés, hemos subido al pueblo, dando una vuelta por sus calles. El lugar, hace unos 15 años, fue declarado el pueblo mejor rehabilitado de Huesca.
Una vez visitado, nos dijimos adiós y subiendo en las “burras” nos encaminamos a Jaca, dando por finalizado el día
Hasta la próxima tras el plazo de la Semana Santa, si la pandemia nos deja.
José Ignacio Benenito Mora