JACA: PASEO MAÑANERO

Queridos amigos.

Una de tantas. Con esto de la pandemia no hacemos nada. Lo vamos posponiendo todo. Pero ayer, en la reunión semanal de la sección se nos ocurrió un paseito y, ni cortos ni perezosos, esta mañana, sábado 20, nos hemos puesto en marcha los cuatro “locatis de la vida” y… tino tano, nos hemos plantificado en lo alto del pueblo de Ipas, continuando después a la ermita de la localidad, perdida en un barranco aguas arriba del pueblo, entre pinos. Tenía su propia cofradía en Jaca y se juntaban las cruces de los pueblos de la redolada hasta 1910 en que cayó en el olvido. En esta ermita estuvieron refugiadas las madres benedictinas de Jaca cuando la invasión de 1808 y no fueron localizadas en todos los años de la ocupación francesa.

Continuamos al collado, cogiendo el camino  de la izquierda. Paramos en el bosque a hacer los honores de un suculento bocadillo, con vino, te, pacharán, nueces, frutas de Aragón, chorizo… paro porque si no no habrá papel para anotar las exquisiteces que deglutimos, comenzando a bajar en dirección al puente de las grajas.

 En el camino encontramos, pasamos por medio del despoblado de Claraco, abandonado cuando la peste negra. Quedaron dos bordas y una familia hasta el siglo XIX, en que quedó definitivamente abandonado. Descendientes quedan en Castiello y en Longás.

Llegados a la carretera, puente de las grajas volvimos a Jaca pasando por la ermita de San Cristobal, mandada construir por el señor Villanúa en 1756, uno de los últimos tintureros del mismo gremio de Jaca. Todos estos datos históricos nos los ha facilitado Ricardo Galtier, compañero de paseo, historiador- genealogista.

Llegados a Jaca, nos hemos despedido hasta el próximo paseo. Ha sido hermoso

 José Ignacio Beneito Mora