Los análisis de numerosos sondeos demoscópicos, estados de opinión y encuestas, coinciden en destacar como una característica tradicional de la sociedad española la carencia tanto de una adecuada cultura (conocimiento de los temas de Defensa), como de conciencia (convencimiento de la importancia de dichos temas) de Defensa Nacional. Y eso que el aprecio de la sociedad española hacia las FAS ha crecido muy notablemente en los últimos años hasta situarlas, en dichas encuestas, en una de las instituciones más valorada por los ciudadanos.
Cuando diversos estudios tratan de averiguar las causas, señalan, entre otras, que en los dos últimos siglos han podido influir, la proliferación de guerras civiles, la no participación española en las dos GM (Guerras Mundiales), el aislamiento internacional de España, la dejación de no considerar nuestra rica historia, nuestros héroes, las múltiples hazañas y nuestras tradiciones o el progresivo rechazo social al sistema de reclutamiento obligatorio, que provocó unas cifras desproporcionadas de objeción de conciencia e insumisión.
Sean unas u otras causas, los ciudadanos en general, no sienten ni conciben la Defensa como un asunto de Estado ni un asunto que la sociedad necesita para garantizar su libertad, bienestar y prosperidad. En definitiva, garantizar su Seguridad. La Seguridad y la Defensa no son conceptos de interés exclusivo de las FAS; incumben a todos los ciudadanos porque son sinónimos de estabilidad, de construcción de paz, de progreso y bienestar. Quizás la Seguridad es uno de esos bienes como la Salud, que sólo se valoran debidamente cuando se carece de ellos.
Lo curioso es que esta circunstancia no se da en otras sociedades de nuestro entorno, también democráticas y modernas, por lo que se ha dado en llamar: “La singularidad española”. Posiblemente existe una concepción idealista y pacifista (hoy se dice buenista) de las relaciones internacionales (la pertenencia a organizaciones internacionales debe complementarse con una adecuada capacidad de disuasión) y también la errónea identificación en ciertos sectores ideológicos con la Defensa, el Militarismo y Belicismo.
El concepto de Patria está desterrado de cualquier comentario o texto cotidiano y el Patriotismo está mal visto en numerosos ambientes. En la Constitución Española (CE) aparece una sola vez (Artº 2), mientras que en la Constitución de Cádiz de 1812, se hacía referencia textual al amor a la Patria como una de las principales obligaciones de los españoles, así como su obligación de defenderla con las armas cuando sean llamados por la ley.
Todo lo expuesto podría darnos a entender que existe una dejadez en el ámbito institucional referente al fomento de la Cultura y Conciencia de Defensa en España. No es así, puesto que todas las Directivas de Defensa Nacional desde la de 1996 hasta la reciente de 2020, recogen como objetivo prioritario dicho fomento. Así mismo, el concepto es tratado en textos como la LO de DN 5/2005, Ley de Seguridad Nacional 36/2015 y Estrategia de Seguridad Nacional 2017. Desde 2002 el Ministerio de Defensa dispone de un Plan Director de Cultura de Defensa con sus correspondientes Planes Derivados.
Además de esta reglamentación oficial, diversos organismos como el CESEDEN (Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional), el IEEE (Instituto Español de Estudios Estratégicos), Instituto Universitario Gutiérrez Mellado, Asociaciones como ADALEDE (Asociación de Diplomados de Altos Estudios de la Defensa), Asociación Atlántica Española y otros, promueven actividades, participan en reuniones y cursos, elaboran documentos y desarrollan trabajos de investigación. Del mismo modo, el concepto suele ser resaltado en las palabras de SM el Rey y del Ministro/a de Defensa en cada Pascua Militar.
Dicho todo lo anterior, cabe preguntarse cómo es posible que tanto esfuerzo dirigido a fomentar la Cultura y Conciencia de Defensa en la sociedad española, no consiga los resultados deseados. Como asunto de interés general para la nación, debe ser tarea de todos los españoles y una responsabilidad del Gobierno que debe esforzarse en obtener el máximo respaldo social y parlamentario también en este tema.
La complejidad del mundo que nos rodea, la globalización, las nuevas tecnologías, el terrorismo transnacional y los ciberataques, entre otros, requieren que los españoles comprendamos lo importante que es conocer los temas que legitiman y sustentan la Defensa a través de la identidad nacional, por la que nos sintamos orgullosos de ser españoles y a través de una información transparente y veraz, alejada de cualquier propósito de adoctrinamiento.
Si se cuenta con voluntad política, no deben existir grandes inconvenientes en incidir en cualquier ámbito que permita obtener los objetivos buscados, dedicando especial atención a la coordinación de esfuerzos tanto en el ámbito nacional, como autonómico y local. Se considera ámbito prioritario el Educativo que abarca desde la más tierna infancia, desde la escuela, donde se adquieren los primeros conocimientos, hasta la universidad, donde se forman los dirigentes del mañana. Ya hubo un intento, en 2015, que no llegó a desarrollarse, protagonizado por los Ministerios de Defensa y de Educación, para fomentar en la sociedad española la cultura y la conciencia de la Defensa como instrumento necesario para garantizar la paz y el ejercicio de libertades y derechos de los ciudadanos.
En el seno de un Acuerdo Marco, se desarrolló el Proyecto: “Conocimiento de la Seguridad y la Defensa Nacional en los Centros Educativos” que se basaba en el consenso social sobre el futuro de nuestros jóvenes como ciudadanos y en complementar la educación que dichos jóvenes reciben en el ámbito familiar y escolar. De esta iniciativa surgió un borrador de documento-guía, dividido en unidades y diseñado para ser impartido en la asignatura “Valores sociales y Cívicos” Pero no sólo el ámbito educativo debe ser el que colme las aspiraciones de promover la Cultura y Conciencia de Seguridad y Defensa; otros ámbitos también importantes pueden ser: Institucional, Medios de Comunicación, Asociaciones diversas, Centros de Investigación, etc, sin olvidar las visitas a Unidades, Museos militares y actos tradicionales de izado y arriado de Bandera. En general, cualquier espacio, ámbito u ocasión en los que a través de esta Cultura/Conciencia de Defensa, a los ciudadanos se les dé la oportunidad de agregar a su cultura cívica, la dimensión de la Defensa, con los valores e identidades que le son propios. La sociedad española se lo merece.
Zaragoza, Septiembre de 2020
GB (R) Jesús Joaquín Val Catalán
