TARRASA: Crónica de la Ascensión al Mata Galls

EL MATAGALLS, UNA ASCENSIÓN LLENA DE HISTORIA

El sábado 4 de octubre, los veteranos de la Sección de Terrassa, efectuamos la 2ª excursión al Parque Natural del Montseny. Esta vez al Matagalls. Además de socios y familiares de la Sección nos acompañaron los habituales amigos y
consocios de Barcelona Manuel Parra, su esposa Rosa y José Mª Belilles, buenos excursionistas y conocedores de éstas maravillosas cumbres.
A las 9 de la mañana nos concentramos en Coll Formic [1.123 m.] base de la ascensión. Empezamos la subida, por el GR 5.2 al poco nos encontramos con una gran cruz de piedra con la dedicatoria pertinente, la Creu Carlina/Cruz Carlista, y aprovechando que nos acompañaban unos cuantos muchachos, el compañero Parra y el que rubrica les hicimos un pequeño resumen de historia del hecho, que es otro componente del excursionismo.
Esta Cruz Carlista, es un monumento a una de las historias más dramáticas que encierra el Montseny en el turbulento siglo XIX. Ocurrió durante la Tercera Guerra Carlista (1.872 a 1.876). Las tropas carlistas al mando de Rafael Tristany, (comandante general de Lérida), ocuparon la comarca osonenca y su capital Vic en 1.874;
Liberales de Vic, voluntarios de los municipios de Roda de Ter y Centelles huyeron hacia la zona de La Castaña, El Brull y Coll Formic, emprendieron la huida hacia Sant Celoni, teniendo que pasar forzosamente por Coll Formic. Una columna carlista, encabezada por el cabo Ramón Vila de Viladrau, los interceptó, amenazando también a
los masoveros [drae] de las distintas masías de la zona por haberles socorrido. Tenían órdenes de no hacer prisioneros, y el numeroso grupo de los liberales fue conducido a Coll Formic donde fueron fusilados en la masía de “Sant Andreu de la Castaña/San Andrés de la Castaña”, masía que contemplamos a la derecha del camino, al poco de iniciar la excursión.
Esto ocurrió entre los días 10 y 11 de enero de 1.874. La mayoría de las fuentes elevan el número de fusilados a 110.
Los cuerpos de los asesinados fueron sepultados en el pozo de hielo que más adelante veremos. Acabada la guerra y en el año 1.883 fueron finalmente trasladados los restos al cementerio de Vic, donde hay otra cruz.
La Cruz de Coll Formic fue erigida en 1.913 por los vecinos de Vic. Continuamos la subida a través de un bosquecillo de robles, “Roures de Sant Andreu/Robles de San Andrés” saliendo del mismo, podemos contemplar la masía de los fusilamientos; seguimos por una alfombra de lisas y resbaladizas rocas
rodeando la base del “Turo d’en/Cerro de Bessa”, aquí se empieza a disfrutar del paisaje, hasta el “Pla/Llano de la Barraca”, caminando entre familias de vacas que no nos hacen ni caso por estar desayunando, la verde y fresca hierba del prado. Al rato, aparece una cumbre alta y alejada, es el “Turó Gros de Santandreu/Cerro Grande de San Andrés”
[1.542 m.], pasamos por el lateral del mencionado pozo de nieve, de un diámetro considerable.
El camino transcurre subiendo por el “Cerro Grande de San Andrés”, en diagonal por el lateral del mismo, empezamos a subirlo. ¡Y que largo es, no se termina nunca!

A continuación, el “Collet dels Llops/Cuello de los Lobos” [1.565 m.], el paso es estrecho, con barranco a la izquierda.
Aquí en la subida de observación y preparación que hice el 5 de Enero pasado, el paso fue delicado, dado que estaba nevado y habiendo mucho hielo al ser una zona umbría, (cara norte).
Es una zona con varias fuentes, La “Font dels Bisbes/Fuente de los Obispos”, la “Font de la Rosa/Fuente de la Rosa”, la “Font Freda/Fuente Fría”, dedicada al insigne Jaume Balmes, natural de Vic. Paramos cerca de ella para no apartarnos del camino repostamos fuerzas, nos hidratamos y seguimos hacia arriba.
Llegamos al último tramo de la subida, sin vegetación con un 45% de inclinación, larga, pedregosa y pesada pero por fin llegamos a la cumbre [1.697 m.]. Hace mucho frio y el viento arrecia, como es habitual el tiempo arriba no es agradable.
En la cima hay una gran cruz metálica levantada por el Padre Claret en 1.840, la anterior de madera era del 1.614. Debajo hay 3 placas conmemorativas, una a Sant Antonio Mª Claret, sacerdote de la cercana población de Viladrau, tenía una vinculación con estas cumbres, fue Obispo de Santiago de Cuba, confesor de la Reina Isabel II, y fundador de órdenes religiosas, está enterrado en Vic. Otra placa en recuerdo de Mossèn Jacinto Verdaguer, nacido en Folgarolas (Osona/comarca de Vic).
La tercera placa es para recordar al Padre Jaume Oliveras i Brossa un pionero del excursionismo en Cataluña. Nuestro amigo Félix Carmena, en sus exquisitas e instructivas narraciones “Los Valles del Pirineo Oscense” ya lo cita en la subida
al Aneto en el año 1.920. Lo podéis leer en El Abeto nº185 del mes de Abril.
El Padre Oliveras realizó en solitario la travesía del Matagalls al Monasterio de Montserrat en 1.904 en menos de 24 horas. La actual travesía se creó en su memoria; realizándose éste año el pasado 20 de septiembre la 35ª edición de ésta clásica de resistencia, con 3.000 participantes (cifra límite de dorsales). Se retiraron 467. En total 85,5 kms de recorrido, hay que hacerlos en menos de 24 h, hay 10 controles más la meta instalada en la Plaza de la Abadía del Monasterio de Montserrat, el desnivel acumulado es de 8.447 m. Lo siento pero llegado a éste punto he de mencionar con orgullo que mi hijo ha participado en ésta última edición, terminándola en 15 h. 50´, siendo la media de éste año 17 h. 48´. Le fui pasando los datos de tiempo y velocidad al paso por cada control, vía ondas hertzianas, lo cual quiere decir que lo controlé toda la noche, ¡menuda nochecita!
Hay que resaltar que la cumbre del Matagalls, entró en un hito universal en el siglo XVIII. Un científico la convirtió en un punto geográfico de vital importancia para el ser humano, en un hecho tan transcendental que acabaría cambiando
la sociedad: el nacimiento del METRO. Desde la cumbre que pisamos y desde el Castillo de Montjuich en Barcelona, se midió el meridiano de Dunkerque-París-Barcelona, para el cálculo del metro, como unidad de medida universal. El 30 de marzo de 1.791, el rey Luis XVI sanciona con su firma el proyecto de la Academia de Ciencias, para dejar atrás el
desordenado sistema de medidas imperante en todos los países. Se pretendía demostrar al mundo la bondad científica del nuevo Régimen francés.
A principios de 1.792 comienzan los trabajos de medición. El arco se dividiría en dos partes: el tramo Dunkerque-Rodez, lo mediría Jean-Baptiste Delambre y de Rodez-Barcelona quedaría a cargo de uno de los geodestas astrónomos más experimentados de Francia, Pierre-André Méchain, quien entre 1.792 y 1.793 se instaló en Barcelona e inició las medidas por el método de triangulación desde la frontera hasta Castellón. El punto de medición y observación en Barcelona fue la torre del Castillo de Montjuich. Aún hoy en día se pueden observar las marcas en la base de una almena del Castillo.
Allí siguen, resistiendo el paso del tiempo y la erosión de la piedra, recordándonos que Barcelona participó en el estudio y adopción del sistema métrico.
Por parte española también colaboró de forma importante el insigne matemático e ingeniero José Chaix Isniel de Játiva, siendo comisionado por el gobierno a las órdenes directas de Pierre Méchain. Es uno de los pocos matemáticos españoles del siglo XVIII y principios del XIX reconocido internacionalmente. Así que el “vértice geodésico de primer orden en el Matagalls” fue obra de Méchain y Chaix y colocado en 1.792.
Méchain y Delambre regresan a París a finales de agosto de 1.798 con los datos de las mediciones efectuadas entre Dunkerque y Barcelona. En noviembre se reúnen por primera vez los delegados de los países que habían de colaborar en los cálculos necesarios para determinar los patrones del nuevo sistema métrico, entre los que se encontraban los sabios españoles Agustín de Pedrayes y Gabriel Ciscar, éste último Teniente General de la Armada y como representantes plenipotenciarios de España. Allí se efectúan los trabajos necesarios para determinar matemáticamente
la longitud de metro.

Por fin, el 22 de junio de 1.799, el representante de Holanda, lee ante los delegados de todas las naciones las conclusiones finales. Tras largos cálculos, se decide el metro, como la diezmillonésima parte del cuadrante de un meridiano terrestre, el de París. Y los patrones de capacidad, peso, longitud y sus equivalencias: litro o decímetro cúbico;
el gramo, kilogramo; el metro, kilómetro; etc.
El 10 de diciembre de 1.799 firmaba la ley el primer cónsul, Napoleón Bonaparte, y lo establecía para siempre. Había nacido el METRO, como medida universal y para siempre.
El Matagalls, Barcelona, Montjuich, las montañas catalanas, valencianas y baleares, entran así a formar parte de la historia del metro, Así que ya lo sabéis, cuando transitemos por la Avenida de la Meridiana de Barcelona, por allí pasa el meridiano de París.
Después de la foto de rigor, iniciamos la bajada, que fue molesta, cansada y lenta, por la gran cantidad de piedra suelta que hay. Pero la montaña, la historia y la ciencia, nos hicieron disfrutar de una bonita excursión. Deseamos que a los jóvenes que nos acompañaban, les haya sido de provecho ésta somera lección y que se den cuenta que en España, al margen de falacias e infundios, en el turbulento siglo XIX, hubo grandes hombres de ciencia cuya fama traspaso numerosas fronteras.

A. Sieso/Sección de Terrassa.

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