Una historia de viejos soldados de montaña

Nuestro compañero de la Sección Delegada de Navarra ha publicado un excelente artículo en la publicación digital EL DEBATE (DEFENSA ESPAÑOLA), cuyo contenido reproducimos a continuación:

El fin de semana del 15 al 16 de noviembre pasados, la querida y encantadora ciudad de Huesca se vio un tanto sorprendida ante la presencia en sus calles de un numeroso grupo de personas, venidas de muchas partes de España y del extranjero.

No eran precisamente jóvenes, aunque se comportaban con un aire ilusionado y alegre, ante la perspectiva del reencuentro con compañeros, con los que habían realizado algo importante, treinta años antes.

Ellos y ellas, como soldados, habían participado, entre 1.995 y 1996, en la realización de unas notables misiones militares, llevadas a cabo en la lejana Bosnia, encuadrados en la Brigada de Alta Montaña.

Fueron allí, en principio, formando una Agrupación Táctica, bajo bandera de la ONU, a ayudar y proteger a la población civil, terriblemente afectada por la guerra que asolaba a aquella república yugoslava. Posteriormente, una vez firmada la paz tras los Acuerdos de Dayton, (dic de 1995), se integraron en la OTAN (primera unidad del Ejército español que actuaba en ella) y, ya como Brigada española (SPABRI), cambiaron aquella tarea por la de imposición de la difícil paz alcanzada, la cual contemplaba la posibilidad del empleo de la fuerza.

La agradable cita de Huesca tuvo un enorme éxito, ya que cerca de quinientas personas nos reunimos, felices y entusiasmados, disfrutando de un amplio y variado programa de actividades, brillantemente concebido y ejecutado.

Vivimos tal evento, acogidos con gran cariño por la población oscense y sus autoridades, con total alegría, en un maravilloso ambiente surgido del recuerdo de lo pasado en la antigua Yugoslavia, sirviendo a España y a su Ejército en un delicado compromiso internacional y obteniendo el reconocimiento y las felicitaciones de nuestros mandos superiores, de España y de la cadena de mando OTAN.

¡No podía ser de otra manera! Las Tropas de Montaña se caracterizan por cumplir ejemplarmente con su deber, hasta el extremo, sin alharacas ni frivolidades. Son austeras, sufridas, eficientes y leales y saben asumir, con naturalidad, las mayores adversidades.

La montaña impone una dificultad extrema para vivir y moverse en ella. El aislamiento permanente, la soledad y la extrema dureza del clima, con la nieve que mata y el sol que quema, concretan un ambiente que, en definitiva, resulta natural para el soldado montañero, lo que determina y define su manera de ser y actuar. En consecuencia, pocas cosas le sorprenden y nada le amilana.

Por ello, durante nuestra convivencia, entre miles de anécdotas, recordamos y celebramos cómo, en Bosnia, consolidamos un incierto «alto el fuego», impusimos la separación de los ejércitos enfrentados, desarmándolos, levantamos minas, liberamos prisioneros y fuimos testigo en los intercambios de cadáveres, entre otras actividades. Todo ello, atendiendo intensamente a la población, tan necesitada, y apoyando a las ONG,s. Desde luego, no olvidamos a los ausentes, en especial a nuestros dos compañeros que entregaron allí su vida a España.

Ciudadanos de Sarajevo corren para esquivar los disparos de los serbios en 1994 – (Enric F. Martí / EFE)

Por mi situación de general jefe de la brigada, puedo dar testimonio de la forma en que estos soldados actuaron en su difícil y delicada misión. Lo hicieron, con una actitud ejemplar en el cumplimiento del deber, con firme lealtad al mando y una disciplina sin la más mínima fisura. Y, siempre, demostrando una sensibilidad extrema hacia la población civil, que fue el asombro entre nuestros aliados; tanto los serbios, como los croatas y bosniacos musulmanes, deseaban y pedían la presencia de los españoles.

Algo hubo en la convivencia, en estas jornadas de Huesca, que nos emocionó e hizo disfrutar de momentos inolvidables. En mi opinión, ocurre que, en la vida, cuando lo que acerca y une a las personas es algo trascendente, que encierra valores, implica sacrificios y exige hasta el límite, se crea una comunión imperecedera de cariño y amistad que pervive a través del tiempo y la distancia. Ello sucede en el Ejército y se incrementa en ocasiones como ésta, que exigen imaginación, sacrificio, abnegación, valor y arrojo.

Por ello creo que los que acudimos a la llamada de Huesca, y los que en la distancia nos acompañaron, seguiremos sintiendo siempre, como en aquella etapa de entrega y esfuerzo, que lo que nos unió en su día, y nos ha reunido ahora, es el amor a España y el afán de defenderla.

Luis PALACIOS ZUASTI es General de División (r) y fue General jefe de SPABRI en Bosnia (1.996)

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