SD BARCELONA: SALIDA CAMPESTRE A LA ERMITA DE SANT CIPRIÁ Y STA. JUSTINA

Empezando con nuestras actividades culturales, atendimos a la invitación del Grupo de Veteranos de la OJE de Cataluña para acompañarles a una “Salida Campestre” por los alrededores de Barcelona.

La excursión consistía en ir a visitar una ermita que se halla en un bosquecillo del barrio de Monbau de Barcelona dedicada a St. Cipriá y a Sta. Justina, mártires cristianos del siglo III. La Ermita situada en medio del bosque, en la falda de Collserola.

De origen medieval (probablemente de los siglos XII o XIII), originalmente estaba orientada en sentido inverso al actual. De hecho, todavía se puede ver la antigua puerta, ahora tapiada, en la fachada orientada a la montaña. El aspecto actual de la ermita responde a esta reforma, efectuada en 1764. A finales de ese siglo se encontraba en estado ruinoso y tuvo que ser rehecha en el siglo XIX. Con la desamortización pasó a manos del marqués de Alfarràs.

Es una iglesia de reducidas dimensiones, de planta rectangular, cubierta con bóveda de cañón y tejado a dos aguas. La fachada principal, actualmente rebozada y pintada, está abierta con un portal rectangular de dintel monolítico, moldurado, y un ojo de buey.

Está coronada con una sencilla espadaña. Conserva un notable retablo barroco aunque las imágenes no son las originales.

La ermita dedicada a Sant Cebría y a Sta. Justina, se encuentra en un lugar escondido, al que anteriormente acudía mucha gente , pues tiene una fuente y un merendero,
pero ahora ha caído en desuso.

Se inició la marcha caminando por un sendero hasta llegar a una pista forestal (un poco abandonada, por cierto), para llegar a la ermita. El desnivel es poco por lo que podríamos considerar la marcha como “un paseíto matinal”. Al llegar nos encontramos con los guardeses que no ermitaños, Sres. Font (por cierto, uno de ellos fue alumno de nuestro compañero Manolo Parra) que habitan en una casa aledaña a la ermita. Nos explicaron que aquellas tierras y varias hectáreas más, pertenecen a los Sres. Desvalls, Marqueses de Alfarrás.

Paco Caballero que hizo de “Cicerone“, nos explicó la historia y las vicisitudes por las que ha pasado esta ermita.

Se cree que la ermita empezó a construirse sobre el siglo XII o XIII y es de tipo prerrománico. A lo largo del tiempo sufrió varios cambios en su estructura y dice la tradición que allí se alojó San Francisco de Asís en su viaje a Santiago de Compostela y también San Ignacio de Loyola en su viaje a Tierra Santa. En el año 1493 se estableció una comunidad de frailes mínimos de San Francisco de Paula, bajo la protección del Rey Fernando II.

Paco hizo mucho hincapié en que observáramos en su interior el magnífico retablo del siglo XVIII que se conserva muy bien, no así las imágenes de los santos, que fueron quemadas por los milicianos al final de la guerra civil. Las actuales son una copia.

Hizo referencia al escritor e historiador de Barcelona Xavier Theros explica en su artículo «La Edad Media en metro» que: «Parece que, cuando empezó la Guerra Civil, la ermita no fue incendiada gracias a la picardía del masovero que lo cuidaba entonces. El hombre ayudó a los milicianos y los invitó a beber vino hasta que los despidió muy bebidos, asegurándoles que él mismo quemaría el retablo».

Tras la visita , nos sentamos al lado de la fuente en el antiguo merendero y desayunamos opíparamente los bocadillos que llevábamos en nuestras mochilas.

Esta ermita fue muy concurrida en su tiempo, realizándose muchos encuentros, pero ahora solamente se utiliza para las esporádicas excursiones y para la Romería que se celebra el 26 de Septiembre con motivo de las Fiestas Mayores del Barrio de Montbau.

Tras un rato de tertulia, iniciamos el regreso hacia la boca del Metro y dislocamos la actividad.

Agradecemos al Grupo de Veteranos de la OJE de Cataluña estas invitaciones, pues entre ellos y nosotros vamos acrecentando nuestro acervo cultural y nuestra amistad.

Fermín Lapuente Cubells (Presidente S.D. Barcelona)

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