LA ACADEMIA GENERAL MILITAR EN EZCARAY

La AGM, organizó campamentos anuales en Ezcaray desde los años 50 hasta los años 70, en que cambio el emplazamiento del campamento de Montaña al llevarlo al  campamento de Las Batiellas en la plaza de Jaca.

Ezcaray es un pueblo de la provincia de Logroño, hoy comunidad autonómica de La Rioja, a orillas del rio Oja que da nombre a la Región y a una denominación de origen calificada de un producto tan importante como el vino de la zona.

Pues ahí, íbamos los cadetes de la AGM, a realizar unas prácticas en zona de montaña. Normalmente era en el mes de Junio, después de venir de Madrid del desfile del día de las Fuerzas Armadas, que en aquellos tiempos se denominado desfile de La Victoria.

Los dos cursos, primero y segundo, que aquellas épocas eran los únicos que estaban en la AGM en Zaragoza, asistíamos al campamento, los de primero a hacer las practicas como soldados fusileros, y los de segundo en sus especialidades, Armas pesadas de Infantería, ametralladoras, morteros de 81mm, y cañones sin retroceso de 75mm, todas ellas a lomo, cañones de artillería de 75/46 también  a lomo, el escuadrón a caballo, y los ingenieros con sus transmisiones.

El viaje lo hacíamos en tren donde además de los Cadetes, se embarcaban las piezas de artillería e infantería, los mulos para  transportar las armas, y  los caballos del escuadrón.

El trayecto era desde la Estación del Norte de Zaragoza, hasta la estación de Haro, donde desembarcabamos para desde allí marchar hasta Ezcaray, que está a 33 Kms por carretera, en vehículos el personal y el escuadrón a caballo.

Al llegar a Ezcaray, antes de entrar en la zona urbana, existía una zona deportiva, con campo de futbol, piscina y otros equipamientos que era la zona que ocupábamos. Al llegar ya estaban las tiendas cónicas preparadas para montarlas, el comedor, al aire libre y la cocina preparadas. Los servicios de la AGM, habían ido unos días antes para preparar el campamento.

Distribuidas las tiendas y los servicios de seguridad, se procedía a montar las tiendas, y al terminar se izaba la bandera en un gran mástil traído al efecto.

El campamento se basaba básicamente en realizar marchas  cada uno con su especialidad, los de primer curso como fusileros, y los de segundo curso, con la batería, el escuadrón, armas de Infantería, y medios de transmisiones.

El domingo, había por la mañana una misa de campaña, y a continuación libre hasta la noche.

Normalmente, nuestra estancia en la zona coincidía con el día del Corpus, y nosotros aportábamos al pueblo lo que teníamos que era un desfile con los Gastadores acompañando La Custodia, y el resto desfilando en la procesión, al son de la banda de música de la Academia.

SM el Rey Juan Carlos en su estancia en la Academia, era Gastador y acompaño el paso de la Custodia.

A lo largo de los años, han sido numerosas las anécdotas que han tenido lugar en el campamento, pero quizás la más significativa fue la intoxicación alimentaria que sufrieron la XXIV, XXV y la XXVIII promoción, con numerosos ingresos en la casa habilitada como enfermería, y el traslado de varios miembros al hospital de Logroño.

La relación con el pueblo era francamente buena, muy cordial, en el trato diario, especialmente en los pocos bares que en aquella época había, recordando el bar donde todos íbamos que le llamaban el de la Coja.

Buenos recuerdos me traen aquellas épocas, pues coincidían muchas cosas, éramos jóvenes, estábamos en una zona paradisiaca, habíamos terminado las clases teóricas y faltaba poco dias para las vacaciones durante el primer curso, y muy pocos para recibir los despachos de Alférez durante el segundo curso. Suficientes motivos para tener alta la moral.

Nunca olvidaremos los campamentos pasados en Ezcaray.

Juan Gurrea Gracia (XXIV Promoción de la AGM)

Socio de la SD de Zaragoza

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