Hace unos días un buen amigo y compañero de la SD de Jaca/Sabiñánigo, Curro Soria, me remitió un vídeo corto sobre una expedición que realizó hace 29 años al Polo Sur liderando una expedición del GMAM (Grupo Militar de Alta Montaña) de la EMMOE.
Para mi era un asunto desconocido y me pareció una hazaña propia de los viejos e históricos descubridores españoles, que por haber ocurrido justo un año antes de nuestra creación como Asociación no había sido difundida entre nuestros asociados hasta este momento.
Por ello, solicité al responsable de dicha expedición que nos escribiera un artículo sobre tan importante logro, artículo que transcribo literalmente a continuación, cuya detallada lectura puede darnos una idea del enorme esfuerzo y sacrificio que supuso para los componentes de aquella expedición alcanzar el Polo Sur Geográfico por primera vez para unos españoles.
¡Gracias Curro! Tienes toda nuestra admiración y nuestro orgullo por ser socio de la AESVM
Benjamín Casanova (Presidente SD Jaca/Sabiñánigo)
EL GMAM ALCANZA EL POLO SUR
Hace 29 años, concretamente el 24 de Enero de 1995, el Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM) llegaba al Polo Sur geográfico después de una larga y agotadora travesía de 1200 km. Colocando nuestra bandera en el punto más al sur del planeta.
El paso del tiempo ha hecho que pueda contemplar este acontecimiento con una perspectiva diferente y saborear mejor aquellos días de intensa convivencia con mis compañeros de expedición.
La Antártida es el sexto continente. Es el más frio, alto, desértico e inaccesible de todos ellos y el ultimo en ser descubierto.
Con una extensión de 14 millones de kilómetros cuadrados, es más grande que Australia y más grande que Europa y Estados Unidos juntos…
En invierno, cuando el mar se congela, la Antártida duplica su tamaño.
En él, se han registrado las temperaturas más bajas (- 88’9º C) y los vientos más fuertes de nuestro planeta (320 km. por hora).
Se dice que hay zonas de la Luna, más conocidas que muchas zonas de Antártida.
La vida humana es imposible, sin ayuda, en su interior. La mayor parte de las Bases científicas se encuentran en la península Antártica y archipiélagos cercanos.
España tiene 2 bases en la Antártida, la Base Gabriel de Castilla gestionada por el Ejército de Tierra y la Base Juan Carlos Primero a más de 1000 Km. ambas de la costa Antártica, en el archipiélago de las Shetland del sur.
Hasta 1995, ningún español había visitado el interior de este espectacular y desolado continente.
Nuestra expedición fue aprobada un 15 de Octubre y 40 días después, estábamos volando hacia Punta Arenas (Chile) camino del continente helado. Tras unos pocos días en la ciudad más Austral de Chile, dimos el salto al continente.
Después de un vuelo de 6 horas y media, aterrizábamos con nuestro Hércules C130 en Patriot Hills, un glaciar enorme y sensiblemente plano en el interior de la Antártida.
Allí la empresa que nos proporcionaba soporte logístico, Adventure Network Intenational (ANI), tenía instalado un campamento temporal.
Un equipo de apoyo formado por 3 militares, permaneció allí durante toda la expedición, un médico, un suplente para actuar en caso de baja de algún expedicionario y un operador de radio.
Tras los preparativos finales, al día siguiente hicimos un corto vuelo hasta la costa Antártica, en concreto a la bahía de Hércules, desde donde iniciamos nuestra travesía hacia el Polo Sur.
La travesía tuvo 1 reaprovisionamiento aéreo a mitad del recorrido. En el recibimos víveres y combustible y entregamos nuestra basura.
Durante las primeras jornadas, se divisaban algunos Nunataks (afloramientos rocosos) sobre el hielo que nos ayudaban para tomar referencias durante la navegación y entretener la vista.
A mitad de travesía, se encuentran las montañas Thiel y se asciende a la meseta polar.
Hasta entonces nuestro principal enemigo era el fuerte viento, siempre en contra, el frio y el peso del trineo que rondaba los 100 kg.
En él, llevábamos todo lo necesario para vivir durante 1 mes, comida, tienda, combustible, ropa de repuesto, sacos de dormir, además de cámaras de tv, radio etc. Y la basura que íbamos generando día a día.
Una vez, en la meseta polar disminuye el viento pero el frio es intensísimo debido a la altura cercana a los 3000 mts. Los 40 grados bajo cero era lo habitual.
Además, aparece un nuevo enemigo, el aburrimiento. Llevábamos 1 mes de travesía haciendo lo mismo a la misma hora, todos los días. No había ningún estímulo diferente de un día para otro. Caminábamos 8 horas tirando del trineo, haciendo altos de 3 minutos para no quedarnos fríos por las bajísimas temperaturas y el viento. Comíamos siempre lo mismo, nos levantábamos a la misma hora (no había noche) y llegábamos a un lugar exactamente igual al que habíamos abandonado, por la mañana al comenzar la marcha.
El aburrimiento que es sencillamente la falta de estímulos, es terrible psicológicamente y no os podéis hacer idea de lo malo que puede llegar a ser.
Además no hacíamos días de descanso más que cuando las condiciones meteorológicas eran extremadamente adversas, lo cual sucedió 3 veces.
Así, tras casi 2 meses de travesía e infinidad de peripecias, que por falta de espacio no voy a relatar, llegamos al ansiado Polo Sur, los 6 componentes de la expedicion, 4 militares y 2 cámaras de TVE del programa de “Al filo de lo imposible”. Mucho más delgados (yo perdí 12 kg) pero satisfechos y felices de la gesta realizada.
ASCENSIONES.
Un mes después de nuestra partida hacia el Polo, un segundo grupo de expedicionarios llego al continente para hacer ascensiones a la cima más alta de la Antártida el Monte Vinson de 4897 mts y escalar cimas vírgenes que fueron bautizadas con nombres españoles.
Monte España, seguramente la segunda cima más alta del continente con 4860, Príncipe de Asturias con 4680 y pico Ciudad de Jaca con 3540 mts. Que se recogen desde entonces en la cartografía Antártica.
Todo un éxito internacional de nuestro querido Ejército de Tierra.
Francisco Soria Cirujeda (socio SD Jaca/Sabiñánigo)






