El Coronel D. Alberto Ayora Hirsch, Presidente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada y socio de la AESVM, ha dirigido al Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM), dependiente de la EMMOE de Jaca, en la última expedición realizada al Campo de Hielo Sur de la Patagonia, de la que nos envía la crónica siguiente:

El Campo de Hielo Sur es una gran extensión de hielo continental, la tercera más grande del mundo tras las de la Antártida y Groenlandia, y está situada en el límite sur de la cordillera andina, en la frontera entre Argentina y Chile. Se extiende de norte a sur a lo largo de unos 350 km, desde los 48° 20’ S hasta los 51° 30’ S. Tiene una extensión de 16.800 km2, de los cuales 14.200 km2 pertenecen a Chile y 2.600 km2 a Argentina, aunque los límites aún se encuentran pendientes de demarcación definitiva
De este campo de hielo se desprenden un total de 49 glaciares, entre los que se encuentran los de Upsala (902 km2) y Viedma (978 km2), que ocupan territorio chileno y argentino; Perito Moreno (258 km2), en Argentina; y ya en Chile: Jorge Montt, Pío XI (el mayor del hemisferio sur fuera de la Antártida, con 1.265 km2), O’Higgins, Bernardo, Tyndall y Grey. Gran parte de su extensión se encuentra protegida al formar parte de diferentes parques nacionales: los de Bernardo O’Higgins y Torres del Paine, en Chile, y el de Los Glaciares, en Argentina.

Pero lo que sin duda caracteriza este lugar es su meteorología, su inaccesibilidad y condiciones de vientos y frío extremo. Un terreno “ideal” para el Grupo Militar de Alta Montaña (GMAM), y por ello el objetivo inicial de una expedición combinada de España y Chile y que culminó con la ascensión al cerro San Lorenzo (3.706 m) como alternativa al volcán Lautaro (3.623 m). Continuando así otras colaboraciones anteriores como en 2007, en otra expedición al Campo de Hielo Norte y el cerro Ladrillero, o en 2014, cuando se ascendió al volcán Nevado Ojos del Salado.
Hay que subrayar la profesionalidad en el grado de ejecución del Ejército de Chile, de nuestros compañeros de expedición y en especial la capacidad y destreza de los pilotos de los helicópteros que, para acceder al Campo de Hielo Sur, tuvieron que hacer frente a unas condiciones meteorológicas adversas, con vientos fuertes. De hecho, debido al mal tiempo y condiciones de la zona de aterrizaje, no se pudo insertar la QRF con la que se contaba inicialmente por si era necesaria una evacuación.

La toma de decisiones fue constante, desde el primer momento, a partir de las condiciones que se dieron in situ y las previsiones muy concretas y fiables que recibíamos diariamente, vía satélite, del doctor en Geografía, Javier del Valle, profesor del Centro Universitario de la Defensa de la Academia General Militar de Zaragoza.
En las dos semanas que estuvimos en CHS solamente dispusimos de dos ventanas de “buen tiempo” que aprovechamos al máximo. En la primera para acercarnos al volcán Lautaro y en condiciones de muy poca visibilidad, conseguir trazar un itinerario relativamente seguro, evitando una zona importante de grietas. Posteriormente tuvimos otro día relativamente decente, con una ventana que, supuestamente, era de seis horas, pero que se quedó escasamente en dos, y que aprovechamos para reconocer el cerro Pirámide y el cordón que se extiende hacia el refugio Eduardo García Soto.
Los días fueron pasando en condiciones adversas y luchando contra los elementos. Fueron muchas las noches que hubo que salir a palear la nieve de las tiendas para no terminar sepultados. A la vez se fueron consumiendo el tiempo y los recursos, tanto el combustible como la alimentación, y justo cuando se acercaba la fecha prevista para la extracción surgió una pequeña esperanza. Pero la previsión solo marcaba un día de buen tiempo. Aunque el 24 podíamos intentar ascender al volcán Lautaro, había que pensar en los siguientes días, en el 25, el 26 y el 27.

Un pico de 3.000 m de altitud en los Pirineos puede ascenderse en un día, pero hacerlo en el Campo de Hielo Sur puede suponer una semana. Eso nos da la idea de cómo es aquello, un espacio y unos tiempos que chocan con la mentalidad, la perspectiva y la experiencia que tenemos los que vivimos aquí al pie de los Pirineos.
Alargar el tiempo de expedición y tener la flexibilidad y adaptabilidad de cambiar el objetivo fueron claves. Nos quitó esa presión temporal a la hora de tomar decisiones y hacerlo con más seguridad. Decidimos abandonar el CHS, para garantizar la extracción, y cambiar el escenario y el objetivo.
El cerro San Lorenzo, situado junto al glaciar Calluqueo, es igualmente una montaña alejada y de difícil acceso si no se dispone de apoyo logístico. De hecho, hasta la fecha solo se conocen una decena de ascensiones. Es un tres mil con unas condiciones muy técnicas y que exige al máximo. La segunda cima de la Patagonia no fue nada fácil tanto por la meteorología como por las grietas y la transformación del manto nivoso conforme subieron las temperaturas. Afortunadamente demostramos, una vez más, la capacidad técnica y la experiencia de los miembros del GMAM y de los expedicionarios chilenos, acostumbrados a manejarse en estos ambientes y escenarios de nieve y hielo.

Entramos diez personas y conseguimos que todas ellas no solo hicieran cima, sino que regresáramos sanos y salvos, porque fue un día complicado. Hubo que superar un desnivel de 2.100 metros y posteriormente descenderlo haciendo frente a importantes peligros objetivos. En total el día de cima nos llevó diecisiete horas de trabajo ininterrumpido. En la ascensión, tuvimos que superar pendientes con un desnivel del 60 y 70%, zonas de grietas y paredes de hielo, pero lo más complicado fue el descenso, ya que los puentes de nieve estaban inestables, debido a calor, y los tornillos y anclajes tampoco se podían utilizar porque no se sujetaban en el hielo por el mismo motivo. Además, la exposición a sufrir una avalancha de nieve húmeda fue alta.
En total la expedición al Campo de Hielo Sur ha estado integrada por catorce militares (nueve chilenos y cinco españoles) y un cámara civil, Luis Miguel López Soriano, que ha grabado imágenes para el documental que realizará Salomba Ventures, la productora que dirige Sebastián Álvaro. Soriano es un especialista experimentado en este tipo de expediciones. El trabajo realizado por él ha sido fundamental para poder contar esta experiencia que el GMAM y los componentes del equipo chileno hemos vivido en la Patagonia, y que pronto esperamos podemos disfrutar en un documental.
Alberto Ayora
Coronel de Infantería, Presidente de la FEDME y socio de la SD de Jaca/Sabiñánigo
